viernes, 1 de junio de 2012

Despierta o duerme

No podía hacerlo. Sencillamente, me era imposible. ¿Cómo se supone que debo tomarme esta decisión? Nunca he sido de esa manera, y no quiero serlo jamás. ¿Por qué entonces no me dejan opción? ¿Qué he hecho mal?

Las preguntas se me colapsan en la mente. Mientras, ella sigue ahí, pasiva, desafiante en todo su bello rostro,  esperando mi respuesta. Sus ojos negros, tanto como una noche sin estrellas, se clavan en mis pupilas, frágiles, que desvían su mirada una y otra vez, aterrorizado.

Mi mano seca el sudor que me recorre lentamente por la sien. Sigo nervioso, por qué me paso la mano con frecuencia por el pelo. Se me ha vuelto más oscuro desde que emprendí la marcha. Ahora ya es de un color marrón oscuro. Qué decepción, me gustaba más claro...

¿Por qué pienso en bobadas? No consigo concentrarme. Ella no se inmuta, solo juega con el esmalte de sus uñas largas y rojas, mientras su cuerpo desnudo se deja apoyar sobre su pierna izquierda. Nunca pensé que estaría en desnudez delante de una mujer y no sintiera vergüenza ni por su parte ni por la mía. Y aquí estoy, con mi piel acariciando la brisa fría de la noche, en este oscuro valle, y aún no tengo decidido si marcho en solitario o con ellos.

Suspiro. Ellos. Je... son todos una panda de hipócritas. ¿Se creen mis amigos? ¿Mis familiares? No son nadie en verdad. Debería irme solo, ser un solitario hombre. Pero realmente, me es imposible. Soy un social. Y ellos son parte de mi ser, pero a la vez la rabia me puede con ellos...

-¿Te decides ya, campeón?-aclara mi acompañante fémina, sin apartar la mirada de sus queridas uñas.

Su voz es inmensamente fría. ¿Es que esa mujer es la muerte? ¿O realmente es enviada por algo de mi cabeza para aclararme? No lo sé, pero sus pequeñas curvas no ayudan en mi concentración. No por la excitación, si no por la absurdez de hacerle caso a un ser oscuro enviado por mi mismo en estado de coma, que a la vez, sea una mujer escuálida y desnuda para que me decida si debo volver a mi vida o irme al otro barrio. Supongo que si vuelvo, debería espabilar de una vez y sacarme una buena novia... o eso espero al menos.

Sí, me acabo de decidir. No puedo irme. No se está mal por aquí, pero no puedo dejar de luchar. Eso lo aprendí de mi difunto padre y creo que es lo correcto. Espero que no me vean ellos también desnudo, por que la timidez siempre me va acompañando de la mano...

Pero, ¿donde esta esa ser endemoniada? Qué raro, no recuerdo que hiciera tanta calor... eso... ¿es luz?